Agosto de 2015
En un repaso a la carrera profesional de Carlos Cuéllar, el 22 de agosto de 2006 es una fecha ineludible. Ese día, hace nueve años, Osasuna jugaba en casa el partido de vuelta de la eliminatoria previa de la Champions League. Carlos era una de las referencias de aquel equipo que finalizó la Liga 2005-06 en una histórica cuarta posición. La apasionada afición rojilla confiaba en empujar a los suyos para eliminar al Hamburgo y plantarse en la fase de grupos.
El encuentro de ida en Alemania había acabado 0-0, y Cuéllar había visto cómo el árbitro, el famoso Ovrebo, le anulaba un gol legal en la primera parte. El resultado era positivo, pero Osasuna debía marcar al menos un tanto en su campo, y Carlos se puso manos a la obra. En el minuto 6, un córner sacado por David López fue rematado a la red por el madrileño. Esta vez el gol subió al marcador y el público navarro estalló de alegría. El sueño europeo estaba más cerca que nunca.
A un cuarto de hora para el final, sin embargo, sobrevino el batacazo. De Jong consiguió el 1-1 que eliminaba de la competición al conjunto local. Osasuna se quedó fuera de la fase de grupos, pero el paso del tiempo puso en valor el mérito de haber llegado hasta ahí. El único gol conseguido por Carlos Cuéllar en la Champions permitió soñar despierto a un club modesto durante muchos minutos.
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